Rodrigo, listos, cámara, y cucharón en “The Hichtcook”

Entrevistamos a Rodrigo, un chef muy peculiar y divertido, que convierte una sencilla cocina en un gran plató de rodaje, y de donde salen grandes títulos culinarios que serán éxito de taquilla entre nuestros amigos y familiares. En su gran blog The Hichtcook encontramos al OSCAR al mejor Chef.
P. Como no puede ser de otra manera, lo primero que queremos saber es, ¿Quién se esconde detrás de “The Hichtcook”? Como eres, tus aficiones, tus proyectos, tus sueños, etc.
R. Pues detrás, delante, a un lado y encima de todo esto, se encuentra un guionista de profesión y un cocinero de afición. No puedo engañar a nadie diciendo que el cine ha sido siempre una de mis grandes pasiones, ya no como hobby, sino como algo vital, que me hacía y me hace disfrutar como pocas cosas. Muchos cortometrajes, guiones de poca monta, cuentos, concursos, trabajos como redactor… Poco a poco lo pude convertir en mi trabajo y no hay nada más satisfactorio que poder vivir de lo que te gusta. Ya no hablo de dinero – que también – sino de motivación, de desarrollo personal, de sentirte un poco más feliz.
P. ¿De dónde nace tu pasión por los fogones? ¿Qué es más complicado de dominar, las cacerolas o los guiones?
R. Mi pasión nace de donde nacen las cosas buenas de esta vida: de mi madre, que en paz descanse. Cuando emigré del nido, me fui ataviado con un cuaderno repleto de recetas suyas para poder ejecutarlas en soledad. Ni qué decir tiene que no me acercaba a sus sabores ni de lejos, pero me animaba a seguir probando. Y cuando me quise dar cuenta ¡pum!, la cocina me cae encima como un yunque y empiezo a disfrutar leyendo de cosas gastronómicas, cogiendo ideas, perdiéndome durante horas en la sección de menaje, viajando por tiendas especializadas, fotografiando platos…
Creo que tanto el arte del cine como de cocinar tienen mucho en común. Siempre digo que gozan de un paralelismo brutal: empiezas con una página en blanco, vas desarrollando la trama o la receta, creas personajes o ingredientes, los mezclas entre ellos, los combinas, luego debes dirigirlos en los fogones y por último montar la película o el emplatado. Al final en ambos casos todo depende de lo mismo: del público. Te ovaciona o te fulmina.
P. ¿Te has formado de alguna manera o eres más bien autodidacta?
R. No he tenido una preparación específica. Como digo me gusta mucho leer e investigar, he hecho algunos cursos, he ido a showcookings, masterclasses… pero todo, en general, sale de una inquietud, de la curiosidad, de ponerte a prueba, de conocer tus límites. Por suerte fui uno de los becados del concurso de Demos La Vuelta Al Día y he podido aprender de primera mano trucos y misterios de la cocina. Al final es como el guión: tienes que mancharte las manos para poder tener conocimiento de lo que quieres hacer o hasta donde puedes llegar.
P. ¿De dónde surge la idea de combinar tu profesión con tu pasión en un solo espacio?
R. Surge de una mente alocada – la mía – y una mente sensata – la de mi mujer -, que me animó a hacerlo. Me pareció una idea muy interesante y me servía para canalizar mi adicción por escribir. Al principio eran pequeñas reseñas, ahora son casi ensayos. Me paso un poco con la longitud, pero lo considero como un “bonus” a la hora de leer el post. Tienes una receta y luego, si te apetece, puedes ver una comparación cine-culinaria diferente, original, divertida.
Y quiero matizar que no hago recetas “de las películas”, sino que intento encontrar un nexo común entre platos variados con películas que, en apariencia, nada tienen que ver. Es un viaje para conocer entresijos de las obras, curiosidades de los rodajes y para encontrar lugares comunes entre los dos artes. Ese es el sello distintivo.
P. Recetas muy variadas y realmente distintas, pero, ¿cuál de todas tus recetas es la favorita y cual la que no por el momento no piensas volver a hacer?
R. Pues hay varias que me han seducido mucho, pero si me tuviera que quedar con alguna es el “Ragú de Pavo”, que es una receta muy casera, con aromas a hogar, a pasado, y creo que la comparación con “Crimen Perfecto” me quedó bastante bien. Y por aquí hay intolerancias a la fructosa y me parecería una crueldad volver a hacer repostería o dulces con chocolate. Tendría problemas…
P. Siempre preguntamos cómo es el proceso de preparación de las recetas pero en tu caso también queremos saber ¿qué es primero, la película y luego la receta o al revés? ¿Cómo es el proceso de preparación de una nueva receta para el blog?
R. Normalmente primero realizo el plato y hago la foto. Luego – como buena mente alocada – me quedo mirando el resultado final y dejo que me inspire. Puede venirme por los colores, por la nacionalidad de la receta, por algún ingrediente en concreto… Alguna vez me han planteado una película para que desarrolle una receta, también es divertido hacer el proceso a la inversa.
Insisto en que no me gusta coger “recetas que salgan en las películas” Creo que eso ya lo hace la gente (y bastante bien, por cierto) y necesitaba distanciarme un poco. ¿Qué tiene que ver un “Carré de cordero con costra a las finas hierbas” con “Alien, el octavo pasajero”? ¿O una “Pechuga de pollo rellena de champiñones y tomates secos” con “Psicosis”? Ahí está el reto, en navegar con la imaginación a través de la comida. Rimbombante pero muy ameno.
P. Con unas pocas palabras como defines tu estilo cocinando
R. “Alguien cocinó sobre el nido del cuco” Comida divertida, sencilla, exótica, sin perder de vista la tradición y el punto de locura.
P. Combinas ingredientes de lo más variado y exótico, antes de cocinar la receta sabes ya que el resultado va a ser bueno o por el contrario, haces pruebas hasta dar con el sabor que esperas encontrar
R. Creo que todo en la cocina debe ser probar, probar y probar. Tu gusto puede no ser el de al lado, de hecho no lo será, por eso hay que encontrar “tu toque” y saber moldearlo luego. Puedes leer cantidades, sugerencias, opciones, pero al final tu paladar es el que manda. Tu cocina, tus reglas. Poco a poco te das cuenta que distingues sabores y matices, que un toque dulce quedaría muy bien aquí, o unos golpes de cítricos le irían genial allá, y ya puedes “jugar” a ojo.
P. ¿Inventas muchas recetas o tiras más de las recetas de la familia, o de internet?
R. Trato de hacer versiones o remakes a bastantes recetas que encuentro por Internet, mezclo varias, me dejo orientar para luego llevarlas a mi terreno. Lo cual me lleva a señalar que todos debemos mencionar las fuentes de inspiración, me da mucha rabia que la gente se apropie de platos sin mentar de donde los han sacado. La exclusividad ya casi no existe, todo está inventado, o casi todo, y todo fluiría mejor si damos “al César lo que es del César”. Cada uno luego puede hacer los platos a su modo, o con lo que la despensa tenga a bien disponerle, y llamarlos como quiera.
P. ¿Quién se apunta siempre a probar tus platos? ¿Son muy críticos contigo?
R. Generalmente amigos y mi mujer. Me encanta enredarme en la cocina y preparar recetas para varias personas. Para mí un sábado perfecto es ir al mercado, encender los fogones, servirme un buen vino y desparecer unas horas. Tengo que mejorar en las cantidades, porque normalmente hago raciones para medio Madrid. Y claro que son críticos, la comida es algo muy personal. Un plato vacío es el mejor piropo que te pueden soltar. Un “no quiero más, estoy un poco lleno” te hace saltar las alarmas. Criticar es construir. De siempre.
P. Eres muy activo en el blog y en redes sociales, ¿cómo surgió la idea de lanzarte al mundo 2.0?
R. De mi esposa. Yo soy un tipo clavado en el papel, en escribir con boli en un cuaderno, de leer libros que huelan a tinta… Ella me sugirió que me catapultase al mundo 2.0, que en el siglo XXI debería hacer cosas acordes con lo tecnológico. Intento ser activo y tener visibilidad aunque creo que todavía estoy en las Antípodas. Soy como un pequeño troglodita poniendo hashtags y etiquetando platos.
P. Con la variedad de estilos que vemos en tus recetas desde recetas sencillas y de siempre hasta cocina Thai, de todos ¿cuál es el que más te gusta cocinar? y ¿comer?, ¿qué ingrediente “exótico” te gustaría usar en una de tus recetas? ¿Qué plato internacional te apetecería publicar adaptado a tu estilo?
R. Me apasiona la comida hindú. La mezcla de especias, los sabores con mucha personalidad y con toques picantes. Tanto cocinarla como comerla. Si puedo mezclar ambos verbos, mejor que mejor.
Me quedé con ganas de preparar una receta con “Piri-Piri” una mezcla picante que me trajo un amigo de Mozambique. Por desgracia el bote de cristal no sobrevivió al viaje, y acabó en algún lugar de Holanda. Espero que alguien le esté dando buen uso…
Carnes exóticas. Una buena hamburguesa de bisonte, por ejemplo. Y compararla con “Bailando con lobos”
P. ¿Qué tipo de cocina te gusta más? ¿Tu chef favorito?
R. Me gusta la cocina tradicional con toques vanguardistas. No soy un apasionado de la cocina ultra-moderna. Mi paladar está más hecho a los platos de sabores marcados, donde predomine el producto que anuncien en la carta. Lo molecular se lo dejo a los científicos. Ni mucho menos resto importancia a este tipo de iniciativas: hay que experimentar e investigar para dar con nuevos conceptos, pero yo con un buen guiso, hecho con mimo, buena materia prima y que deje a mi estómago sonriente y con la barra de pan en las últimas, soy feliz.
Me maravilló conocer las entrañas de dStage y ver en acción a Diego Guerrero, te quedas anonadado. Y tras haber estado codo con codo y conocerles en persona y aprender de viva voz, debo apuntar a Mario Sandoval y a Sergio Bastard. Dos chefs de tradición, con mucho culto al producto y que mandan tu paladar a la estratosfera.
P. ¿Cocinar con Vitrocerámica o inducción, o cocina a gas? ¿Crees que sabe diferente la comida según cocinas en una u otra?
R. Claro que sabe distinta. Hacer un buen arroz o paella en el fuego es otra historia, por ejemplo. Yo cocino con inducción pero de vez en cuando puedo dejarme caer por “Don Goyo”, el restaurante de un amigo chef y preparar cosas en llama. Da otro punto a todo, además del escenario profesional que te envuelve cuando lo haces.
P. En la cocina tenemos multitud de aparatos eléctricos que en muchas ocasiones infrautilizamos, por ejemplo el microondas, ¿sólo para calentar o también para cocinar grandes platos?
R. Con el microondas se puede hacer multitud de cosas. Yo suelo usarlo para cocinar algunos productos al vapor en tiempo récord. La cocina diaria no suele darte mucho margen de maniobra, por lo que hay que tirar de herramientas que nos faciliten la vida y no dejen nuestros bolsillos demasiado magullados. Robots de cocina, roners de mano para cocinar al vacío, amasadoras… Yo siempre prefiero el mortero o hacer unas lentejas en olla, pero el reloj a veces es un enemigo cruel.
P. Cuando comenzaste en este mundo de la cocina y el blog, ¿esperabas todo el éxito que estas teniendo?
R. No soy muy capaz de calibrar el éxito. Sé que a la gente le gusta, le divierte, aprende cosas, le sorprende… Para mi el triunfo de una receta es que a alguien le sirva, porque ha gastado su tiempo en leerme y en Internet, con la cantidad de ofertas culinarias que hay, es algo de lo que sentirse orgulloso.
P. Y de cara al futuro, ¿con qué te gustaría sorprendernos?
R. Pues espero darle mucha más continuidad al aspecto audiovisual. Quiero trasladar parte del concepto de “The Hitchcook” a vídeos y hacer recetas divertidas, originales y que se salgan un poco de la rutina. También quiero potenciar mis experiencias en restaurantes y hacer, pero esto es un secreto, una web-serie que hable un poco de este universo en tono de comedia. Mi idea es mostrar recetas y pasar un rato divertido. Pero bueno, eso ya es cosa del Hitchcook del futuro…
Muchísimas gracias Rodrigo, por dejarnos ver tu pelicula y aprender tanto de ti y tu vida. Y descubrir que detrás del boli y el papel de un “gatito de ojos vidriosos” se esconde un gran y divertido Chef con montones de historias que contarnos y dejarnos probar. Te deseamos un gran éxito con tus maravillosos y secretos proyectos y seguiremos esperando cada día un nuevo cookfilm en tu blog “The Hichtcook“.
Imágenes ofrecidas por “The Hichtcook”